El lunes me dijeron que si ahora dolía, en unos días más iba a doler aún más y no lo creí.
Hoy se me enfrió el alma y me ha costado volver a darle calor. Me duele el pecho, me duele la garganta, me duele la guata. Me duele verte, me duele hablarte, me duele sentirte, me duele abrazarte, me duelen tus ojos, me duele tu boca, me duele tu cara, me duele tu cuerpo, me duele tu esencia, me duele recordar, me duele despertar y recordarte, comer y recordarte, ducharme y recordarte, moverme y recordarte, estudiar y recordarte, estar en mi cama y recordarte, recordarte y recordarte. Me duele tenerte cerca, me duele no poder hacerte cariño, me duele no poder darte un beso, me duele no poder tomarte la mano, me duele no poder verte y reírme, me duele que no me puedas hacer cariño, me duele no tenerte cerca. Me duele la pena, me duele el dolor, me duele la rabia, me duele la estúpida esperanza. Me duele el futuro, me duele tu cumpleaños, me duele tu regalo, me duele el fin de semana largo, me duele el otro fin de semana largo, me duelen los viernes, los viernes por la noche y los sábados por la mañana, me duele mi celular, me duele el notebook, me duele Facebook. Me duele el matrimonio de Daniel (y el de David), me duele la Navidad, me duele el Año Nuevo, me duele enero, me duele la práctica de atención abierta, me duele el sur, me duele Aysén, me duele Coyhaique, me duele El Morado, me duele febrero, me duelen los días veinte, me duele el dieciséis de diciembre, me duele el 31 de diciembre, me duele el 1 de enero, me duele el 20 de febrero. Me duele la primavera que no fue, me duele el poco verano, me duele el otoño y el invierno. Me duelen las mañanas, me duelen las tardes, me duelen las noches.
Me duele el alma.
Por la mierda, me duele el alma.
A acostarse, mañana será otro día.
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