Recordar:
"(...) ahora es cuando siento que no puedo predecir absolutamente nada y que es hora de relajarme y dejar que la vida me guíe a lo que tenga que vivir. Mi misión es, entonces, vivir y ser feliz, y adaptarme a lo que la vida me traiga.
Soy quien soy. Ahora es cuando entiendo la importancia de respetarme como tal y de mantenerme sincero conmigo mismo y con el mundo, con mi esencia. Y de saber que el primero que debe cuidar de mí mismo, soy yo.
Valgo la pena. Valgo el esfuerzo. Valgo las ganas de estar conmigo.
Prometo no olvidar ese detalle."
Sentimientos extraños invaden mi pecho, como queriéndome reprochar cosas pasadas. Autonegligencia, autodesvaloración. Sin embargo me digo a mi mismo que debo tranquilizarme, que habrá un momento en que mire todo hacia atrás y tenga sentido. Que así como puede que no sirva de nada, puede también que sea justamente lo que debo hacer. Lo indicado, en el lugar adecuado, en el momento exacto.
¿Qué puedo hacer yo contra eso, contra la esperanza que ronda, que acecha, que muerde, que duele, que se esconde, que parece morir en la inmensidad del ser y que sin embargo reaparece titilando, como luchando por seguir viviendo?
Toya, cuánta razón has tenido siempre.
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