Revisando antiguos mensajes (cosa que espero que no se haga hobby), extraño tu antiguo expresar rebosante de cariño, esos textos que hacían que mi pecho se hinchara y se llenara de algo tan bonito y que jamás había sentido antes. He pasado por todos los estados de ánimo posibles: alegría, pena, frustración, desesperanza, desasosiego, angustia. Pero después de desahogarme y de pensar (un poco más) fríamente, termino empatizando como realmente debería y me encuentro con que ahora tengo (más) esperanza (que nunca) de que es sólo un momento crítico, que debo tener paciencia, darte tu espacio. Y no solo eso, sino también ser capaz de sacarte de tu estado (ahora) basal, llenarte de cariño y hacerte olvidar un rato todo lo demás.
Reafirmo lo que te dije en algún momento: te quiero, te amo y quiero lo mejor para ti. Quiero estar contigo, en las buenas y en las malas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario