domingo, 2 de octubre de 2011

Número doce

En estos últimos días y tal vez semanas una semilla de algo que en realidad pocas veces -por no decir ninguna- ha estado en mí apareció: la desesperanza.

Desesperanza de todo, y en especial desesperanza en la gente. Eso de pensar que en realidad a la mayoría le interesa una gran mierda todo y que es poco y nada lo que puedo lograr, lo que puedo cambiar. Lo mejor -deseo a veces- sería que de verdad el 2012 fuera el acabose. Moriría la mala hierba. Morirían los egoístas, los codiciosos, los malos, los delincuentes, los estafadores, los crueles, los psicópatas, los sociópatas, los terroristas. Ya no habrían robos, ya no habrían asesinatos, ya no habría gente aprovechándose de otra. Simplemente dejarían de ser y serían parte de un todo y un nada a la vez que existió pero que ya no lo hace. Un algo que fue pero que nadie puede recordar porque no existiría quién para hacerlo. Sería tan simple.

Y me tiento a seguir deseándolo.

Sin embargo, mientras sigo ese camino, me encuentro con que no sólo lo malo acabaría: dejaría de existir la gente esforzada, los honrados, los buenos, los inocentes, los bondadosos, los caritativos, los sacrificados. Los que aman. Los que sienten. Los que creen que de verdad todo puede ser mejor.

Dejaría de existir el amor, eso que (según las malas lenguas) mueve el mundo. Dejaría de existir el mundo, con toda su belleza.

Desearía que la gente recuperara la esperanza, en parte porque eso haría que mi esperanza reapareciera. Pero supongo que es un círculo vicioso pensar por dónde tiene que empezar.

Si no tengo esperanza yo, ¿quién?
Si no creo que se pueden mejorar las cosas, ¿quién?
Si no creo que vale la pena, ¿quién?

Si todo acabara, sería tan simple. Tan cómodo. Tan flojo.
Tan indeseable...

1 comentario:

  1. Igual es un poco utópico de tu parte pensar que el acabose(o idealizar la idea) es tan literal como la gente lo pinta. Es verdad que va a ocurrir un gran cambio, y realmente la gente que no este preparada va a perecer. Pero más allá de eso, no sé si realmente se podría alcanzar un nivel, o una expectativa de vida, tanto mejor que el actual, que por supuesto, ha ido empeorando lentamente.

    Ahora, desear es querer, y respetando completamente las leyes del universo, mezcladas con un poco de metafísica básica, la ley de la atracción es la que prima al respecto. Las cosas buenas nunca desaparecen. Dicen que la mala hierba nunca muere, pero para mi son patrañas camufladas en un refrán bastante irreal.

    El final no es el verdadero final si no es bueno. Y tú eres bueno, déjame darte firmado que vas a conseguir todo lo que has anhelado últimamente. No te vayas por el camino fácil (sufrir!). Pronto llegarás al punto de satisfacción que te asegura que todo lo que pasaste valió la pena.

    Y si te faltan ganas o algo así, yo te lo consigo, o te ayudo o te aconsejo o lo que sea. Y qué tanto, por algo somos mejores amigos :D

    Y felicidades por el nuevo blog!

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