martes, 18 de diciembre de 2012

Número nueve

Qué difícil es controlar la mente y sus malos hábitos.
Qué difícil es no poder ser esa persona que está ahí, al que puedas llamar al rescate.
Qué difícil ser un punto conflictivo.

En un mundo ideal todo sería más fácil, más simple, pero parece que no era la idea jajaja.

Me doy la licencia de decir esto: pico con lo que se venga, no me pasan balas.

miércoles, 12 de diciembre de 2012

Número ocho

Empecé a escribir esto hace poco menos de un mes, sin embargo nunca lo terminé. Intenté hacer caso omiso de lo que me había propuesto, sin embargo algo en mí me impide cumplir ese cometido. Es ahora cuando intento terminarlo:

Hoy no escribiré cosas sobre lo que siento al respecto de situaciones con cosas que pasan en mi vida.
Esta entrada está dedicada a mi persona.

Yo soy Cristóbal, tengo 21 años, mido 1,73 metros y peso 68 kilogramos con una desviación estándar de 1 kilogramo. Tengo muchos defectos en los cuales pienso más seguido de lo que debería, y también tengo muchas virtudes que muchas veces olvido o que las asumo como defectos.

Soy lo que se define como un poco "fome". Soy estable -o intento hacerlo- me gusta la música, me gusta estar en mi casa, acostarme, regalonear, dormir, ir de repente al cine, ir de repente al teatro, a veces también al Teatro de la Universidad de Chile que está en metro Baquedano.

Mi aspiración es ser feliz, de alguna forma. Mi vida en el último tiempo ha cambiado bastante, y si bien eso en un principio me asustaba -tiendo a ser una persona de planes y proyecciones, de estructuras y constructos mentales sólidos- ahora es cuando siento que no puedo predecir absolutamente nada y que es hora de relajarme y dejar que la vida me guíe a lo que tenga que vivir. Mi misión es, entonces, vivir y ser feliz, y adaptarme a lo que la vida me traiga.

Soy quien soy. Ahora es cuando entiendo la importancia de respetarme como tal y de mantenerme sincero conmigo mismo y con el mundo, con mi esencia. Y de saber que el primero que debe cuidar de mí mismo, soy yo.

Valgo la pena. Valgo el esfuerzo. Valgo las ganas de estar conmigo.

Prometo no olvidar ese detalle.